Una lagrima de libertad

Que es una lagrima?
Nunca me puse a pensarlo, nunca lo investigue.
Quizas por que hace mucho que no derramo una, quizas por olvidar que alguna vez lo hice.
El cuerpo nunca hace nada innecesario, todo tiene una funcion, hasta el mas doloroso sintoma de una enfermedad no es sino una defensa del cuerpo contra algo que lo hiere, como la sangre, cuando se abre una herida en nuestro cuerpo sangramos, pero no todas las heridas se hacen al cuerpo, no todas son fisicas, no puedo explicar las lagrimas con ciencia, pues sus causas van mas alla de mi racionalidad.
Las lagrimas son la sangre del espiritu, salen a nuestro auxilio para mitigar el dolor de una herida mas alla del mundo fisico, de un sentimiento roto, de una ilusion perdida, de un amor destruido, por muerte, por decepcion, por engaño, e inclusio por alegria, si, la alegria tambien duele cuando es demasiada, y tambien sangramos por ella.
Las lagrimas desahogan el dolor y cierran la herida, coagulan y crean una cicatriz, muy pocas heridas del espiritu se van sin cicatriz, todo queda en la memoria, y el tejido cicatrizado de nuestro espiritu se endurece y la proxima herida dolera menos.
Cuando lloramos nos rendimos al dolor, dejamos ir nuestras esperanzas y nos perdemos en el olvido, oscuro, silencioso y completo, y hallamos la libertad, perder toda esperanza es libertad.
Muchos discutirian este ultimo parrafo, de hecho apostaria a que el principal argumento serian los niños, dirian que los niños son felices y libres por estar llenos de esperanzas, pero esto es un error, son libres precisamente por que carecen de esperanzas, de deseos, de aspiraciones, ellos no esperan nada, solo viven el momento como viene, pero nosotros, la sociedad les inculcamos esperanzas y aspiraciones, metas de vida que lo mas probable es que nunca lleguen a satisfacer y les enseñamos que llorar es una debilidad, que los hombres no lloran, y los condenamos a ser infelices, a no ser que por su cuenta redescubran la libertad, vuelvan a llorar y sean libres nuevamente.
Las esperanzas nos atan, condicionan nuestras acciones e incluso nuestros sentimientos a una meta terrenal, nos obsecionan, las convertimos en necesidades casi tan importantes como el aire o el alimento, y si nos llegamos a dar cuenta de que son inalcanzables viene el dolor por supuesto, a veces tan grande que no lo soportamos, tanto que algunos llegan a quitarse la vida, pero si nos rendimos, si nos dejamos ir y lloramos, seremos libres, y el dolor se ira con las lagrimas